ESTÁNDAR 7 (estándar
18)
Especifica las
consecuencias y el alcance de la represión en ambos bandos y las consecuencias
humanas, económicas y sociales de la guerra.
En las dos Españas se cometieron actos de represión brutales,
sobre todo en los inicios de la guerra, en el año 1936. La represión se
producía en la retaguardia , es decir, lejos del frente bélico, en los pueblos
y ciudades donde el odio se adueñó de la situación y con él la crueldad.
En la Zona Republicana se persiguió a todos aquellos que se
pensaba estaban a favor de los golpistas. La represión la hacían grupos de
incontrolados, muy radicales. Se asesinó a 7000 religiosos, se asesinó a
políticos de derechas como José Antonio Primo de Rivera, o Ramiro Ledesma; se
asesinó a intelectuales muy conservadores como Ramiro de Maeztu o Pedro Muñoz
Seca; e incluso se dio una “depuración interna” es decir, se asesinó a
dirigentes anarquistas o del POUM. El hecho más recordado es el de los Fusilamientos
de Paracuellos del Jarama en noviembre-diciembre de 1936: para evitar que
presos políticos de las cárceles de Madrid estuvieran allí si entraban los
nacionales, se dispuso que esos presos serían conducidos hacia Valencia, pero a
mitad del camino se les paraba en Paracuellos, se los bajaba de los camiones y
sin ningún juicio se los fusilaba y enterraba en fosas comunes.
Hay que decir que estos hechos lamentables se frenaron a
finales del 1936, el gobierno republicano no los podía consentir, retomó las riendas
de la Justicia y estableció los Tribunales Populares.
En la zona Nacional desde el principio se procedió a eliminar
a todos los “enemigos” y se hizo desde el propio gobierno. Se asesinó a muchos
maestros a los que se consideraba claros defensores de la República; se asesinó
a intelectuales como el famoso Federico García Lorca; se asesinó a
sindicalistas y políticos, a obreros, y también a un grupo de curas vascos que
afines al PNV apoyaban a la República. Un hecho terrible fueron las matanzas de
Badajoz en agosto del 36: el general Yagüe después de tomar Badajoz para no
dejar presos en su retaguardia mandó fusilar a más de 2000 detenidos que
quedaron en las calles y plazas. Muchos periodistas extranjeros relataron este
hecho y alguno señaló que nunca había visto nada semejante en ninguna guerra.
Algunos de los represaliados de este bando siguen enterrados
en cunetas o fosas comunes esperando que se aplique de verdad la ley de Memoria
Histórica y puedan darles enterramiento en cementerios normales.
La represión de Estado siguió una vez acabada la guerra en
los primeros años del Franquismo.
Al sufrimiento de la represión hay que añadir, el de los
heridos; el del hambre porque muchas veces no llegaban abastecimientos, sobre
todo en las grandes ciudades, el miedo a los bombardeos aéreos y terrestres…en
suma el terrible sufrimiento de muchísimas personas que vieron alterada su vida
diaria. Vida que ya nunca volvería a ser la misma.
Y por último la guerra tuvo las siguientes consecuencias.
-Demográficas. Se
dan cifras muy dispares en lo relativo a fallecimientos. Si se cuentan los del
frente, la represión, el hambre, las epidemias…serían unos 500000. Hay que
sumar a este desastre el número de los que no nacieron en la posguerra por
falta de la población joven muerta o exiliada a causa de la guerra.
Se produjo también medio millón de exiliados. Destacan los
llamados “niños de la guerra” , menores que fueron evacuados durante el
conflicto de los cuales muchos no pudieron volver. Entre los exiliados
destacaba la población joven y gran parte de la élite intelectual: artistas, científicos, escritores…
-Económicas. La
Guerra fue una catástrofe económica, la renta nacional y per cápita no
recuperará el nivel de 1936 hasta la década de los 50.
Se destruyó gran parte del tejido industrial, se volvió a la
actividad agrícola. Se destruyeron más de 250000 viviendas, vías de
comunicación, infraestructruras. Se generó una enorme deuda externa y se habían
perdido las reservas de oro del Banco de España. De la guerra salía un país
pobre y atrasado.
-Sociales. Enorme
retraso en los avances sociales y laborales que se habían logrado durante la II
República. La oligarquía terrateniente e industrial recuperó la hegemonía
social y la clase trabajadora perdió todos los derechos adquiridos
anteriormente.
-Morales. Las
generaciones posteriores quedaron marcadas por el sufrimiento de la guerra y de
la posguerra porque además la represión continuó en el Franquismo. El régimen
franquista nunca optó por la reconciliación y siempre recordó su “victoria
militar” sobre los vencidos. Para Franco la Guerra era la fuente de
legitimación de su régimen y lo recordaba con frecuencia. Por todo esto las
heridas de la guerra tardaron mucho en cerrarse. Todavía en la actualidad
suscita polémica la ley de Memoria Histórica y el deseo de exhumar e identificar a muchos muertos enterrados en
fosas comunes. En todos los pueblos de España se mostraba en la pared de la
iglesia una lista con los muertos “por Dios y por España” encabezada por José
Antonio Primo de Rivera. De los muertos del otro bando no se podía hablar y
muchos siguieron enterrados hasta la Transición, algunos incluso hasta ahora,
en fosas comunes y en cunetas de carreteras.
-Aislamiento
internacional. España quedó aislada durante años en una Europa que a partir
de la II Guerra Mundial recuperaba la paz y la democracia. Hasta la muerte de
Franco no pudo incorporarse a organismos europeos, CEE en 1986 por ejemplo.
Tras la Guerra vino una larga Dictadura de casi 40 años,
hasta 1975. Lo expresa muy bien este verso de Rafael Alberti “pero vino la paz y era un olivo de
interminable sangre por el campo”.
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